EL USO DE LA LUZ EN LA ESCULTURA

Nohemi Serrano Salom

Graduada en Historia del Arte de la Universitat de València

 

En este apartado se habla de un elemento plástico de la escultura ajeno al sentido del tacto: la luz. En este caso, concretamente, en la escultura The Sky over Nine Columns, de Heinz Mack. Para ello, primero corresponde explicar los usos que ha tenido y como se ha empleado a lo largo de la historia.

 La luz es considerada por algunos como un camino hacia lo imperceptible, una vía que llega de las tinieblas a una mayor luminosidad. Se puede afirmar que la figura vive a través de la luz y es poderosa y divina (1). El escultor siempre tiene en cuenta la luz natural en sus creaciones, con el fin de convertirla en un elemento estético. Al ejecutar su obra, el escultor, cuenta con esta para someterla a su dominio artístico y, teniendo en cuenta este componente, realiza y orienta los planos y superficies, dispone las concavidades y distribuye las masas y los volúmenes. De esta forma, los diferentes factores atmosféricos y luminosos se integran a la perfección en la silueta representada. La relación estética entre el espacio natural y la forma creada por el autor constituye una dimensión propia de la escultura (2).

 Existe una diferencia en cuanto a la luz entre la pintura y la escultura, pues la primera posee luz propia, mientras que la segunda utiliza una luz exterior y, a su vez, se subdivide en dos categorías: la propia, aquella que le otorga el mismo escultor al trabajar en sus volúmenes y sus acabados y la procedente de los focos luminosos que alumbran la pieza.  Así pues, podemos observar en su conjunto: el foco luminoso, el claroscuro de la propia pieza y las sombras que dan énfasis al cuerpo de la misma. Pero el juego de luces, no solo se consigue con el tratamiento de los volúmenes, sino que también se pueden lograr con el tratamiento de la superficie de la obra (3).

 Hay que pensar si el propio artífice ha estudiado los efectos de la luz en la figura o si, por el contrario, ha trabajado en ella sin tenerla en cuenta, puesto que a lo largo de la historia artística se han podido ver las dos facetas. Por ejemplo, con el fin de llegar al naturalismo en la estatuaria griega, los artistas del momento jugaban con las diferentes formas de tallado en piedra y pliegues para examinar de qué modo incidía la luz sobre estas. Para tallar los ropajes, los escultores desarrollaron una nueva técnica hoy conocida como modelado. Por ejemplo, las vestiduras de las estatuas del Partenón están labradas con surcos y arrugas que captan la luz y sostienen la sombra (4).

Otro ejemplo lo encontramos en el arte románico, en el que se utilizaron bajorrelieves otorgando una luminosidad plana, mientras que el mundo gótico se decanta por el claroscuro y potencia los pliegues para conseguir grandes superficies en sombra.

Sarcófago de San Vicente Mártir. En: http://historiasapp.com/s/el- sarcofago-de-san-vicentee.60qt

Esta alternancia en el uso de la luz también se contempla en el Renacimiento y el Barroco, pues la primera época mencionada utiliza la luz plana, mientras que la segunda se caracteriza por multitud de pliegues exagerados que proyectan grandes sombras en las obras.

Grupo de la Visitación. En: http.//www.auladearte.com.br/historia_da_arte/got ico_catedrais.htm#axzzhWNKacE

En el panorama artístico contemporáneo las interpretaciones y lecturas de la luz son numerosas, al igual que sus usos como lenguaje y material plástico. Tras las vanguardias, en el mundo de la escultura, entran en escena nuevos componentes anteriormente desconocidos dentro de esta disciplina, como por ejemplo la escenografía. Esto da como resultado a intervenciones en el espacio, como la performance. Artistas como James Turrell (1943), se refieren a la luz como un material indispensable para realizar sus creaciones lumínicas. Turrell ha trabajado con la luz eléctrica en sus proyectos ambientales con el fin  de conseguir corporeidad en sus creaciones con efectos ópticos (5).

Obra de Turrell – En: http://euartfoto.blogspot.c om.es/p/arquitectura.html? m=1

En la figura escultórica se debe tener en cuenta no solo el volumen, sino también los aspectos lumínicos que inciden sobre esta. Aquellas piezas que se desplazan a lo largo de su exposición poseen un elemento determinante, ya que, al reproducir la luz sobre la figura, se crea un efecto más o menos estático donde la luz envuelve la obra de forma tridimensional y, según el emplazamiento en el cual se situa, se percibe la luz de una forma u otra. 

Este factor es el más sopesado por Heinz Mack en The Sky over Nine Columns, donde usa la luz para conseguir dinamismo. Según palabras del propio artista, «el espacio es igual de importante que la escultura. […] No puedo imaginar lo uno sin lo otro» (6). De este modo, hace hincapié en la relevancia de la ubicación de sus obras. En el emplazamiento de la Ciudad de las Artes y las Ciencias se percibe el juego que crea con el blanco de los edificios y el azul del agua creando un mecanismo de luces y movimientos únicos.

Heinz Mack tiene un gran interés en explotar la luz en aquellas zonas con una naturaleza virgen. Cuando en 1959 diseñó el proyecto Sahara, que llevó a cabo entre 1962-1963, instaló un “jardín artificial” en el desierto formado por espejos, cubos, carteles y estelas de luz monumentales. Sus prácticas experimentales con la luz se documentaron en la película Telemack en 1969. El resultado de estas investigaciones es lo que ha permitido realizar la obra The Sky over Nine Columns (8).

Fotografía de Nohemi Serrano Salom, 2016

A modo de conclusión, se observa que la luz que incide en la pieza a lo largo del día, ofrece un gran juego de luces, permitiendo crear al artista una escultura cambiante, no solo a lo largo del día, sino que también llega a interactuar con la luz de la luna. Todo ello gracias al recubrimiento de las teselas doradas.

 

1 BARRAL ALTET, Xavier. Vidrieras medievales en Europa. Barcelona, MadridLunwerg, 2003. p. 11-14.

ESTEBA LORETE, J. F, et al. Introducción general al arte: arquitectura, escultura, pintura, artes decorativas, Madrid, Istmo, 1980. p. 180-181.

CASTILLO MARTINEZ DE OLCOZ, Ignacio Javier. El sentido de la luz: Ideas, mitos y evolución de las artes y los espectáculos de luz hasta el cine. Parte 2: La luz en las Bellas Artes. Barcelona, Universitat de Barcelona. 2005. p. 193-211.

4 HONOUR, H; FLEMING, J. Historia del arte. Barcelona, Reverté, 1987. p. 611-619.

5 ASENSIO FERNÁNDEZ, José Antonio. Una revisión de la luz como nuevo factor creador en la escultura: desde 1950 hasta nuestros días. Barcelona, Universidad de Barcelona, 2013. p .89.

6 VÁZQUEZ, Cristina. “El artista Heinz Mack, artista de la luz, tiñe de Dorado la Ciudad de las Artes” El País. En: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/06/25/valencia/1466846166_332535.html (30-III-2017).

7 MACK, Heinz. “Telemack [Ausschnitt]”. En: https://vimeo.com/87759499 (12-IV-2017).

8  VÁZQUEZ, Cristina. El País.2016 (nota 6), (30-III-2017).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


¡IMPORTANTE! Responde a la pregunta: ¿Cuál es el valor de 14 5 ?